La mejor manera de dar a luz

Cuando nos programamos para recibir a nuestros bebés de la manera que siempre soñados, nos desborda un costal de sentimientos combinado con purito amor y cuando estamos cerca al parto, estamos contando los días (que pasan muy lentos) para tenerlos por fin en nuestros brazos. Pero. ¿Qué pasa cuando las cosas no se dan cómo las imaginamos?

Les cuento lo que me pasó a mi. Estaba pensado tener un parto natural (con mi ginecóloga pro parto natural ¡de las verdaderas!, no de las que te cuentan cuentos). Me preparé no saben cuánto,  hice yoga para embarazadas, psicoprofilaxis, etc, todo para conseguir mi parto "súperexitosoyanoyá", me sentía la más winer de todas y confiada de que todo iba salir tal cual lo había imaginado. #LaPequeJosefina se pasó de las 41 semanas y ya íbamos camino a la semana 42 (es peligroso llegar a la semana 42) Josefina estaba tan cómoda que si hubiera sido por ella, se quedaba a vivir ahí hasta que vaya a la Universidad.
Mi Ginecóloga me sugirió inducir el parto, quitó el tapón mucoso y me dio unas pastillitas para ayudar a mi cuerpo a iniciar las contracciones. La inducción con las pastillas empezó un viernes a las 6 de la mañana y mi labor de parto empezó el mismo día a las 5 de la tarde. ¿Sabían que las contracciones generadas artificialmente con pastillas, son muuuucho más dolorosas que las que vienen de manera natural o las que te ponen a través de un suero?. Según yo, estaba lista pasa dar a luz antes de las 5 de la tarde (porque en el transcurso del día después de haber tomado mi pastillita, mi pancita se ponía súper dura cada cierto tiempo y para mi eran contracciones "¡Recontrailusa yo!") , dije "¡Regiooo!, Josefina nacerá y no me dolerá ¡por fin tendré el parto soñado!". ¡Error!, pésimo pensamiento y fatal desenlace ya que la pastilla hizo efecto "de golpe y con todo el poder del mundo" a las 5 de la tarde. Llamé a mi ginecóloga y me dijo que no vaya a la clínica hasta que tenga las contacciones muy seguidas (si bien es cierto, tenía contracciones muyyy dolorosas de nivel 10 en dolor diría yo, aún eran algo espaciadas, y les comento que hasta el final sentí el mismo dolor sólo que variaba la constancia en el tiempo, tenía los terribles dolores de la misma intensidad sólo que cada 30 segundos al final cuando ya sentía que no daba más), desde las 5 de la tarde del día viernes hasta las 4:30 de la mañana del sábado soporté los dolores y a esa hora, mi cuerpo ya no daba más, me sentía torturada y los dolores eran demasiado seguidos.
Para esto, mi trajín en casa (la tarde del viernes con mi labor de parto) era estar en la tina relajada desde las 7:30 pm (almenos duré 6 horas en agua soportando los dolores), tenía a mi esposo, a mi mamá, a la #primaSisi y a mi primo Kiki. ¡Todos! soportando mi genio en mis dolorosas contracciones. Al salir del agua, se puso picante la cosa porque el dolor me incomoda a entera, no podía echarme, pararme o sentarme porque me molestaba todo y los odiaba a todos (algún día contaré la versión de mis acompañantes porque mi esposo me dijo que casi le rompo un dedo cuando me ayudaba a subir al carro). Llegamos a la clínica a las 3:40am, me internaron y me hicieron esperar a mi ginecóloga. Ella llegó a las 4:00am, me revisó y me dijo: "Llevas 5.5 de dilatación y al ritmo que vas, a las 11 de la mañana estará naciendo tu bebé". ¡Morí!, los dolores eran insoportables y llevaba casi 12 horas con los mismos dolores infernales (era un dolor constante que no subía y tampoco bajaba, sólo era igual de horrendo y terriblemente constante), me sentía agotada y si alguien me pegaba o me rompía un hueso, les juro que no hubiera sentido el dolor porque me dolían tanto las contracciones.

No pude más, le dije a mi esposo que ya no aguantaba y que prefería una cesárea porque ya había sufrido mucho con los dolores, el ritmo cardíaco de Josefina se mantenía bajo (como debe ser ya que antes de dar a luz, el ritmo cardíaco del bebé baja notoriamente y vuelve a su estado normal una vez que nace. Según lo que leí, es una manera sabia del cuerpo de relajarse antes del "pujo" para ser expulsado del cuerpo) y la cesárea no iba a afectar "tanto" su calma.
Me pusieron la epidural y les cuento que ¡ni la sentí!, era tan fuerte el dolor que sentía de las contracciones, que la epidural para mi fue como una picadura de mosquito (y a mi me habían dicho que era súper dolorosa y el líquido era fastidioso también, yo no sentí nada). Me llevaron a la sala de operaciones y ahí todo pasó tan rápido (primero porque al estar algo sedada, empecé a ver estrellitas saltar por toda la sala y sentía que me rodeaban también, segundo porque me sentía sin control de mi cuerpo y sólo quería reír sin parar).

Josefina nació a las 6:11 am, pesó 3,070 gramos y medía 47 cm. Ella al escuchar mi voz, sólo atinó a relajarse y dejar de llorar. La besé, posados para la foto y luego se la llevaron, mi esposo se fue detrás de ella y les juro que de ahí no me acuerdo nada más (¡lo juro!). Sólo recuerdo que desperté en mi habitación y me trajeron a mi gorda y les puedo decir que sentí enamorarme perdidamente otra vez...

No importa si decidimos dar a luz parto natural o cesárea, sí el momento no nos deja vivir lo que queremos, no importa si te programaste para un parto natural e hiciste todos los cursos habidos y por haber, el mejor parto de todos es el que se presenta justo ahí cuando estamos por dar a luz, ahí sólo nos debe importar que nos volvimos madres y desde ese momento sólo importa que nuestros hijxs estén bien y con nosotros.


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